En
Canarias celebramos este día en cuanto las tradiciones se refiere, conociendo
la vida de las mujeres que han
trabajado duro en pro de nuestras
tradiciones haciendo de ese trabajo su forma de vida. Muchos de esos oficios
están a punto de extinguirse, ya que la sociedad actual no está por la labor de
inmiscuirse, sobre todo, en trabajos de proceso artesanal.
La
mujer que vamos a conocer hoy es Pinona Hernández Suárez, que nació en la
ciudad grancanaria de Arucas el 18 de noviembre de 1953 en el seno de una
familia humilde y trabajadora, como la gran mayoría de las familias de aquella
época.
Con
doce años de edad a pesar de que su
padre la obligaba a estudiar decide dejarlo, por lo que rápidamente tiene que
emplearse en algún oficio para poder
ayudar en la economía familiar, ya que
cualquier ayuda monetaria era poca. Su primer empleo tuvo que ver con la gran
trayectoria profesional que ha tenido y que ha girado en torno al corte y
confección.
Ese primer empleo al que hacía referencia no era otro que el coser medias. Antaño las medias eran muy caras y cuando se le saltaba un punto había que llevarlas a reparar, cada hebra valía una peseta. Pinona para poder acometer ese trabajo ya tenía su primera máquina, que le compraron para poder reparar las medias.
Ese primer empleo al que hacía referencia no era otro que el coser medias. Antaño las medias eran muy caras y cuando se le saltaba un punto había que llevarlas a reparar, cada hebra valía una peseta. Pinona para poder acometer ese trabajo ya tenía su primera máquina, que le compraron para poder reparar las medias.
Con
15 años se da cuenta que lo de ella es la costura, así que amplia su cometido.
Su madre con el dinero que ella había ganado con la reparación de las medias lo
invierte en comprarle otra máquina de la casa Alfa, pero en aquella ocasión era
para bordar. Según cuenta Pinona cuando comprabas la maquina venía un curso de
regalo, con ese curso aprendió a bordar en Arucas. Gracias a la formación
recibida amplió su oferta y le llegaban encargos de vecinos y conocidos para
poner las iniciales de los nombres en los ajuares de bodas: sabanas, toallas
etc...
Con
17 años adquiere mediante formación reglada el titulo en corte y confección.
Como su casa es grande tuvo la oportunidad de poner una mesa enorme y reunirse
con amigas y vecinas que acudían a su domicilio para que Pinona las enseñara en
los cursos que impartía, tal era el reclamo de aquella época que llegó a tener
hasta 20 jóvenes muchachas aprendiendo, las cuales acudían todos los días, ya que no había otra
oferta de ocio y entretenimiento; las chicas muy entusiasmadas se elaboraban vestidos,
pantalones, chaquetas, etc. Los cursos
los impartió durante años hasta que la vida se fue modernizando y la figura de
la mujer adquirió un papel relevante en la sociedad y la costura pasó a segundo
plano. También ha tenido la oportunidad
de dar cursos para la federación de agrupaciones folclóricas de Gran Canaria.
En la actualidad también en su casa da
clases de corte y confección donde también hay dos hombres aprendiendo.
Pinona
ha cosido todo tipo de prendas para eventos tan importantes como bodas
elaborando trajes de novias, madrinas, damas de honor etc... También la
confección en el carnaval ha estado presente en la vida laboral de Pinona ya
que desde 1983 y durante 20 años fue la modista de la afamada e importante formación carnavalera
Los Nietos de Kika, aclarar que los disfraces elaborados para Los Nietos de
Kika por Pinona no adquirieron ningún premio, ya que las afilarmónicas no
concursan.
Ha
formado parte en múltiples ocasiones del jurado de disfraces del concurso de
murgas de Las Palmas de Gran Canaria. Pinona dice que ella se ha fijado siempre
en el corte y confección, que cada
persona es un mundo y que el disfraz
debe ser personal.
No se
le caen los anillos a la hora de reconocer que ha rechazado trabajos cuando
ella ve que lo que le piden no está al alcance de sus conocimientos, sobre todo
en materiales nuevos, de hecho este mismo año rechazó hacer una gran obra ya
que consideró que iba a estar en un lugar muy visible y que se iba a deslucir.
Desde
hace más de veinte años está ligada a la confección de ropa tradicional, se
confiesa una gran amante de la ropa tradicional pero sobre todo de las cosas
bien hechas.
Su
primer gran compromiso en cuanto a tradiciones se refiere fue hacerle la vestimenta a una de las
agrupaciones más importantes que nació en Arucas en la década de los años
noventa del pasado siglo XX, como fue
Enac dirigida por Manolo Pérez. Este trabajo contó con la asesoría de Jorge Guzmán y Mari Pino Alemán, ya que el
conocimiento de costura y patronaje lo tenía y le faltaba solamente conocer
todo lo relacionado con la vestimenta tradicional de Canarias.
Muchos
son los lugares de Canarias donde han llegado sus confecciones, en islas como
Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote y La Gomera e incluso en Nueva Orleans, en el museo de los isleños están las confecciones
de Pinona. En ocasiones se ha negado a hacer ropas a posibles clientes por no
ser ortodoxos en los modelos que quieren llevar.
Recuerda
con añoranza a José Antonio Pérez Cruz “Teno”, al cual lo cataloga como el
padre de la vestimenta de Gran Canaria. Tras el fallecimiento del etnógrafo
muchas son las cosas mal hechas que se
ven ahora.
Pinona
la cual es un culo inquieto, ya que le gusta mucho descubrir cómo se hacen
cosas que nunca antes se han hecho. Una de sus últimas confecciones ha sido la
montera de mujer de Gran Canaria, en la cual ha trabajado duro para intentar
plasmar lo que había en la lámina a la realidad, lo más que le costó fue darle
forma a la punta de la montera. En ocasiones es complejo transmitir lo que hay
en el dibujo a la realidad, por lo que hay que trabajar mucho y madurar muchos
aspectos .
También
echa de menos la materia prima, como por ejemplo la lana del país, a veces no
puede realizar algunas prendas por falta de materiales adecuados para poder
acometer el proyecto.
Otro
de los placeres que tiene es bailar, de ahí que en su casa se hayan hecho hasta
cuatro vestimentas diferentes para el grupo de baile Los Cabuqueros,
vestimentas que todo el mundo tiene que ver con ellas, sobre todo en los
lugares a los que han viajado. Los miembros del afamado grupo de baile pasan
las tardes-noches en el taller de Pinona confeccionando las ropas para el
grupo. Tal es el reclamo de las vestimentas, que han sido expuestas en centros
comerciales, ayuntamientos, jornadas de etnografía, etc.
Tras
más de cincuentena años de actividad Pinona se siente muy feliz con su
profesión, le gusta mucho coser de noche; cada día después de realizar las
labores domésticas dedica varias horas a coser, dice que se olvida del mundo y
desconecta de la rutina diaria, además que seguirá cosiendo hasta que su cuerpo
aguante, ya que es su forma de vida.
Tras
más de cinco décadas de actividad continuada podríamos decir que Pinona ha
dedicado su vida al corte y la confección, ha aprendido a amar lo que hace, y
por su puesto lo ha sabido compaginar con su vida familiar y de ocio, que en
muchas ocasiones no es nada fácil. Me atrevo a catalogarla como una heroína del
corte y la confección, ya que sin duda alguna es una mujer muy versada y eso la
hace ser una modista con clase.
Otro
de los aspectos que tengo que destacar es su gran afán por trasmitir su
sabiduría a otras personas más allá de los cursos que imparte, no tiene
problema en resolverle cualquier duda a las personas que la llaman por
teléfono, ya que considera que hay que fomentar el uso correcto de la
vestimenta.
Vaya
nuestro pequeño reconocimiento para esta gran mujer que ha trabajado duro, pero sobre todo porque ha sido feliz con su
trabajo, además de hacer felices a muchos otros con su buen hacer. En estos
próximos días se conmemora el día internacional de la mujer trabajadora y este
es nuestro pequeño homenaje para Pinona.
Felicidades tanto para ti como para todas las
mujeres que trabajan duro.
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