El queso de mezcla de
cabra y oveja de la Ganadería Naroy de Tejeda se alzó ayer noche con el Premio
al Mejor Queso Curado en el marco del Concurso Oficial de Quesos de Gran
Canaria del Cabildo, cita sin público, sin bullicio y sin ponencias por la
Covid-19. La ganadería es propiedad de las gemelas Beatriz y Natalia Mayor
Monzón, quienes tomaron el relevo generacional tras una larga tradición quesera
y de pastoreo en su familia. La quesería se localiza en Cortijo Casala Data, en la Presa de las Niñas.
La sociedad dispone de ganado propio, unas doscientas cabras majoreras, así
como unas doscientas ovejas canarias, que pastorean a diario por la zona del
Cortijo Casa la Data, la Degollada de Becerra, así como por la Presa de las
Niñas.
El premio lo recibieron en un encuentro
excepcional en el Palacio de Congresos de Infecar, debido a la crisis del
coronavirus. Pese a ello, el consejero del Sector Primario del Cabildo, Miguel
Hidalgo, subrayó el esfuerzo realizado "para poner en valor las
riquezas de la quesería insular" por los 38 productoras que concurrieron
al concurso con 91 quesos que aspiraban a los 18.900 euros en premios en las
distintas categorías.
Más allá de los reconocimientos individuales, el propio sector convino en
que el éxito de la convocatoria ha supuesto un espaldarazo para el mundo del
queso. "Ha sido un sector superviviente y este acto es un
reconocimiento", señaló la presidenta de Asoquegran, María del Carmen Pérez,
secundada por el presidente de Proquenor, José de la Cruz Mendoza, quien
destacó que la cata es a la vez un escaparate y un altavoz "para que se
hable de los quesos de la Isla".
Recurrimos a un archivo de Televisión Española en
Canarias, sobre un documental a Los Viejos de Gáldar. Agradecemos a Javier Díaz que
nos haya facilitado el documento.
Destaca, por la
belleza de sus bailes, la agrupación "Los Viejos de Gáldar", que eran
un grupo de ancianos que se reunían por los años sesenta para mostrar las
danzas antiguas. En la actualidad hay muchas isas de figuras, de hecho, cada
grupo tiene la suya con coreografía propia en un sinfín de pasos, pero muy
lejos del estilo de Gran Canaria ya que como apuntó Bolaños la de Tenerife es
la que predomina.
Los Viejos se solían
colocar en parejas para valsear, y se desplazaban cogidos de las manos hasta
acercarse y formar un coro en el que el hombre quedaba siempre a la izquierda
de su pareja; todos avanzaban hacia la derecha pudiendo hacer uno o tres cambios
de sentido en el desplazamiento. Como cosa curiosa, más aún si cabe, mientras
las parejas están enfrentadas se ha observado como los bailadores giran sobre
sí mismos, poniendo de manifiesto que el folklore es tan espontáneo que antaño
sólo se tenía en cuenta la hora del cambio de pareja.
A mediados del pasado siglo
el baile era más que una detallada coreografía o un espectáculo, era una forma
de vida y un lenguaje corporal, ya que cada bailador impregnaba su sello en
cada baile.
La primera intervención de
Gilberto Candelaria es para traernos un artículo de José Gregorio Gonzalez
sobre unos místicos arboles de Canarias.
Algunos de los
abundantes misterios que atesora nuestro Archipiélago tienen a los árboles como
protagonistas. En muchas culturas han sido tratados como iguales, como entes
pensantes y dotados de alma con los que llega a ser posible comunicarse y
relacionarse de una manera inteligente y mutuamente beneficiosa, mientras que
tampoco resulta extraño que en el pasado algunas especies arbóreas fuesen
consideradas morada de dioses o deidades en sí mismas, y como consecuencia,
objeto de culto y rituales diversos que los expertos reúnen bajo el nombre
genérico de Dendrolatría.
Aunque el Cristianismo se empeñó en erradicar estas prácticas, algunas
sobrevivieron gracias a su plasticidad, sincretizándose o adoptando nuevas
formas como “los mayos” o ”arboles de mayo” en sus diversas versiones,
festividad pagana que no por casualidad se encuentra solapada en el calendario
por la Fiesta de la Cruz. Aunque para solapamientos entre árboles y cruces no
se nos ocurre un ejemplo mejor que el acontecido en Breña Alta en 1622, cuando
prodigiosamente dos cruces negras fueron encontradas en el interior de un
laurel dando origen al potente culto a la cruz en este municipio palmero.
De Pablo Vilas será el artículo
de la segunda intervención de Gilberto Candelaria, donde los nombres indígenas serán
los protagonistas.
Quería el filólogo valenciano Rafael Lapesa
que el estudio de los nombres «no se nos presente como un depósito de fósiles,
ni como un archivo de datos para el historiador o el lingüista, sino como un
tesoro de recuerdos vivos y operantes, llenos de problemas que incitan a la
investigación». Justo en el caso de Canarias, los nombres propios o
antropónimos nos dan un acceso muy privilegiado a la maltratada historia de
nuestros antepasados. Se han descubierto aspectos importantes de la cultura
indígena gracias a los nombres de persona, que fueron salvados del olvido por
medio de la transmisión oral, las crónicas escritas por los europeos en épocas
de conquista, las actas de bautizos de la Iglesia Católica, y el registro de
las ventas de esclavos canarios en la península.
En la cultura amazigh, la asignación de nombres pasaba por
varias fases. Como sucede en nuestros días, a los recién nacidos se les
nombraba de igual forma que a ascendientes respetados por la familia. Después,
se les agregaba un sobrenombre con el que fueran más fácilmente reconocibles.
Según el carácter de la persona, sus rasgos físicos o los hechos más destacados
de su trayectoria vital, se les nombraba con alguna palabra que tuviese
relación. Y además de todo esto tenían otro nombre: uno privado y espiritual,
oculto para la sociedad en general, que sólo conocían las personas más
allegadas.
Gilberto Candelaria con el buen hacer de Gabriel
Betancor Quintana nos llevara hasta la época de los antiguos canarios para
hablarnos de queso.
La
ganadería menor fue uno de los pilares fundamentales de las economías y las
sociedades aborígenes en Canarias. Cabras, ovejas y cochinos eran las especies
que componían su cabaña ganadera cuando los conquistadores europeos ocuparon el
archipiélago. La importancia socioeconómica de la actividad ganadera en las
distintas islas era desigual. Fluctuaba desde la preponderancia ganadera de la
economía aborigen de Fuerteventura, hasta la mayor complejidad socioeconómica
de la Gran Canaria prehispánica, donde el desarrollo incipiente de una
agricultura de regadío supuso diversas cortapisas al desarrollo de las
actividades ganaderas.
La conquista y dominación
española sobre Canarias alteró drásticamente el panorama ganadero en las islas.
En primer lugar, con el cambio en las relaciones de producción que enmarcaban
esta actividad económica. Una vez concluida la conquista los numerosos ganados
de las islas, junto con sus pastores, pasaron a formar parte del botín de
guerra que es repartido. En segundo lugar, los repartimientos de tierras y la
puesta en cultivo de las mismas por los colonos europeos, pusieron límites al
tránsito de los ganados por diversas partes de la isla: un hecho que forzó la
organización de la actividad ganadera desde los propios Cabildos de las islas de
Gran Canaria y Tenerife. La defensa de las tierras de cultivo implicó, en
realidad, la lucha de la sociedad colonial por erradicar los hábitos ganaderos
de las sociedades prehispánicas, particularmente en Tenerife; hábitos que
lógicamente continuaron siendo practicados por los pastores de Canarias.
En el año 2019 nos fuimos hasta uno
de los pueblos más bonitos de España ubicado en la cumbre grancanaria. En el
municipio de Tejeda es donde se encuentra ubicado el epicentro laboral de las
hermanas Mayor.
Las hermanas Mayor, Natalia y Beatriz, se
dedican a la ganadería. Ellas desde hace tres años se encargan cada día de
atender la friolera de más de 400 cabezas de ganado ovino y caprino, cantidad
bastante destacada, ya que tener más de 400 cabezas entre cabras y ovejas no es
moco de pavo.
Aunque la entrevista que realicé en lo
alto de la cumbre de Gran Canaria fue con Natalia, ella siempre tuvo presente a
su hermana Beatriz, que por motivos personales no pudo participar en esta
ocasión dando sus vivencias personales.
Música para este sábado:
Pasacatre -AFU.
Isas, Malagueñas y Folias -Los Cebolleros.
Los Dragos gemelos - Aduares
Folias a Tanausu- Parranda La Palma.
Tanganillo Sto. Domingo y Tajaraste -A.F. Sámara.
Fiesta del queso- Noroeste Guíense .
Isa Majorera- A.F. Farutes.
Les esperamos en el programa Nº333 dirigido y presentado por Moisés Rodríguez Dirigido técnicamente por Paco Bolaños , durará dicho programa en torno a 120 minutos, donde esperamos que todo lo que allí se exponga sea del interés de todos los oyentes este Sábado 4 de julio de 2020 a partir de las 12:00 horas de la mañana, no falten a su cita con nuestras costumbres e identidad.
Recuerda que nos puedes oír en tu radio en la 107.9 FM en Gran Canaria desde Bañaderos Arucas hasta La Aldea de San Nicolás en costas y medianías y en Tenerife desde La Laguna (Los Rodeos) hasta Granadilla de Abona en la costa o mediante la emisión online en http://www.radiogaldar.blogspot.com/, y en www.galdar.es, ó directamente en el siguiente enlace http://www.ivoox.com/escuchar-online-radio-galdar-fm-107-9_tw_2456_1.html, además puedes escuchar todos los programas que hemos realizado desde la temporada pasada en www.ivoox.com poniendo en el buscador Entre Chácaras y Tambores