El
concejal de Cultura del Ayuntamiento de Gáldar, Julio Mateo, explicó los
motivos que justifican la concesión del reconocimiento de la corporación
municipal a ‘Los Cebolleros’, uno de los grandes exponentes del folclore
canario que durante medio siglo ha protegido un patrimonio cultural intangible,
como es la música tradicional canaria, difundiendo los valores de la cultura
popular y el nombre de la ciudad de Gáldar por tres continentes: Europa, África
y América.
En
los mismos términos se pronunció el alcalde del municipio, Teodoro Sosa, quien
se refirió a la agrupación como los “grandes embajadores de Gáldar”, además de
recordar algunos de los nombres propios que han formado parte de la agrupación
a lo largo de su historia: Juan Quintana “El Claca”, Juan Gutiérrez, Antonio
Martín, Romualdo Mederos, los hermanos Rodríguez, Pancho Saavedra, Pacuco
Molinos, Mari Naty Saavedra, Cene Dámaso, Néstor Rodríguez, Carmelo Jiménez o,
por supuesto, Nicolás Rodríguez ‘Colacho’, Hijo Predilecto de Gáldar y alma
máter de la agrupación.
Fue
en el verano de 1970 cuando la visita del grupo Los Sabandeños al municipio
prendió la llama musical en un grupo de jóvenes de Gáldar. La ilusión por tocar
como los integrantes del grupo que por aquel entonces era el principal
referente musical del archipiélago hizo que surgiera la idea de crear un grupo
folclórico.
Fue entonces cuando germinó la creación de Los Cebolleros, con la intención de
acudir a la Romería del Pino de Teror ese mismo año junto a la representación
del municipio. Se unieron en torno a este proyecto hasta 30 jóvenes galdenses
que, con la mediación de Juan Manuel Suárez, lograron convencer a veteranos
tocadores del municipio que aportaron la experiencia y el conocimiento musical,
que junto a la ilusión y ganas de la savia nueva fue una combinación perfecta
para que Los Cebolleros irrumpiera en el panorama musical canario con un
rotundo éxito.
Ataviados
con la vestimenta que con el paso de los años se convertiría en ‘santo y seña’
de la agrupación: camisa blanca, pantalón y chaleco negro, una combinación que
se utilizó en Gáldar en los últimos compases del siglo XIX y principios del
siglo XX, siendo conocida en aquel entonces como una ropa de medio luto que se
solía utilizar los domingos, el grupo se propuso mantener la tradición de grupos
como Los Viejos de Gáldar, Los Hijos de La Noche, la Parranda de Rojas o
Princesa Tenesoya y de un pueblo “humilde y trabajador”.
Pero
no fue hasta el 18 de diciembre de 1970 cuando, en un teatro municipal repleto
de vecinos, tenía lugar la presentación oficial del que es hoy día el grupo
folclórico más antiguo de la comarca ante los vecinos de la ciudad.
Desde entonces, y aunque Gáldar ha sido el epicentro de sus actuaciones, han
visitado todas y cada una de las Islas Canarias participando en los festivales
y romerías más importantes del archipiélago. A nivel nacional han visitado
Madrid, en 1990 y 2010; Valladolid, en 1990, 1995 y 2010, Salamanca, en 1995;
Palencia, en 2010; Castellón, en 2016 y Fraga, en Huesca, en 2019.
Internacionalmente ha actuado en tres continentes: Portugal, en 1995, dentro
del continente europeo; Marruecos, en 2010, en el continente africano y Estados
Unidos, en 2012 y 2016, en el continente americano.
Los
Cebolleros han editado siete discos en los que se recogen las diferentes etapas
del grupo y sus componentes, además de aglutinar en ellos el rico y variado
repertorio que han interpretado a lo largo de su historia. En el último
trimestre de este año 2020, y si las condiciones sanitarias lo permiten, verá
la luz el octavo trabajo discográfico que aglutinará al menos un tema
tradicional de las ocho Islas Canarias.
Uno
de los rasgos distintivos de la agrupación es la transmisión del folclore como
la expresión espontánea del pueblo, a pesar de la evolución artística que ha
tomado la interpretación de la música tradicional canaria en las últimas
décadas. El repertorio aglutina géneros de todas las islas, pero eso sí,
guardando lo más fielmente posible la forma de tocar y cantar de cada sitio de
origen, sobre todo a la hora de interpretar las isas, folías o malagueñas, en
las que el solista deja su impronta y los tocadores deben seguirlo, haciendo de
esta forma de tocar y cantar un verdadero valor añadido en pleno siglo XXI.
Aunque
la música de autor de raíz folclórica en la década de los ochenta del pasado
siglo hizo que el grupo saliera a escena renovado y con un rotundo éxito con
canciones como ‘La Magua’, ‘El Canario del Monte’ o ‘La Barca’, de Antonio
Padrón; ‘Piedras de Barranco’, de Manuel Sosa o ‘Los Lavaderos’ de Sebastián
Monzón, la música tradicional canaria ha sido el pilar fundamental en el
repertorio del grupo con canciones como ‘El Caracol’, ‘Camino de Marmolejo’,
que se le atribuye a Los Hijos de La Noche, ‘Vicente y José’ o ‘¡Ay! Juventud’,
que se le atribuye al binomio formado por Juan Gutiérrez y Antonio Martín.
Probablemente
ni Colacho Rodríguez ni el resto de jóvenes fueron conscientes cuando fundaron
la agrupación que contribuirían de una especial manera al rescate, divulgación
y legado de los géneros musicales del municipio de Gáldar y de la comarca
noroeste de la isla de Gran Canaria. Los rescates a lo largo del tiempo han
sido muchos, canciones tan importantes como la ‘Isa de Los Viejos’, ‘Baile de
Cinta’ o ‘El Paraguas’, ‘Malagueñas de Los Viejos’, el corte en las ‘Folías
Antiguas de Gáldar’, ‘Polca de Los Viejos’, ‘Isa de Gran Canaria’, ‘Malagueñas
de Gran Canaria’, ‘Adiós dulce niño’, entre otras. La divulgación ha sido la
principal misión del grupo, ya que por donde quiera que ha actuado ha llevado
el repertorio de Gáldar por bandera, dando a conocer tanto en el municipio como
la riqueza musical que atesora el noroeste grancanario.
Todas
ellas razones más que justificadas para la concesión de la Medalla de Oro de la
Real Ciudad de Gáldar a Los Cebolleros, cuyo acuerdo incluye la entrega del
reconocimiento en un acto solemne a celebrar una vez la situación sanitaria lo
permita en condiciones de seguridad.
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