Si hablamos del
barrio de San Isidro en Gáldar, podemos llegar a la clara conclusión de que ha
sido y es, uno de los vergeles musicales del municipio. Esto no lo dice Moisés
Rodríguez, lo dicen los anales de la historia, que recogen en su memoria las
andanzas y hazañas de sus vecinos.
Hay quien afirma
que en la vida no hay casualidades, prueba de ello es que en el mencionado
barrio, cada 22 de noviembre, le rinde
honores a Santa Cecilia mártir, patrona
de los músicos.
Además de la represión política, el franquismo también
ejerció un control férreo sobre la cultura en Canarias. Se censuraban libros,
películas, obras de teatro y cualquier otra manifestación artística que fuera
considerada subversiva. Los intelectuales y artistas que se atrevían a desafiar
la normativa franquista, eran perseguidos y silenciados.
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Censura de publicaciones.
·
Clubes de lectura vigilados.
·
Prohibición de representaciones teatrales y conciertos.
Teniendo presente esta parte de la historia, podemos conocer cómo se vivía
en Canarias en aquel entonces, puedo afirmar que Santiago Machín Pérez, que es
el hombre al que hago referencia, tuvo una idea acertada y vanguardista,
adelantada a su tiempo y al momento que se vivía. Tuvo la genialidad de reunir a un extraordinario grupo de niñas para
enseñarles solfeo, además también las
ilustró para tocar instrumentos de cuerda.
En febrero de 1944, este grupo de niñas se da a conocer bajo el nombre de “Rondalla Infantil Femenina”. Según cuentan, fue un hecho que causó mucho revuelo social, puesto que ver y oír a aquellas niñas con tanta destreza para la ejecución instrumental no era moco de pavo, sobre todo las obras clásicas, que incluso también bailaban, así como también lo hacían con el folclore tradicional. Los mencionados hechos, según relatan, causaban gran revuelo y admiración allá donde actuaban, debido a que no era usual ver rondallas exclusivamente de niñas por aquel entonces. Para que se puedan hacer una idea del nivel musical que tenían, ganaron un tercer premio en un concurso insular en Las Palmas de Gran Canaria.
Santiaguito Machín tuvo una gran vocación por la docencia musical, prueba
de ello fue que incluso se trasladaba a Taya en Marmolejo a dar clases, allí se
encontró con tres de sus primeras alumnas y grandes tocadoras: Milagrosa
Curbelo, Cira Moreno y Carmelita Padrón. Santiaguito no lo tuvo fácil, cuando
cumplían 14 o 15 años muchas de las alumnas dejaban la rondalla
por diferentes motivos personales como trabajo, estudios, etc..., mientras que
el director, en su persistencia en mantener el colectivo, seguía formando a
nuevas alumnas, hasta que un buen día cesa la actividad artística de la
agrupación.
En el año 1979 ocurre un hecho memorable, se pone en marcha el proyecto de realizarle un homenaje a Santiaguito Machín, por ello, D. Bartolo Mendoza, uno de los padres culturales de aquel entonces, invita a las antiguas alumnas a participar, tocando en el homenaje a su director, que además es Hijo Adoptivo de Gáldar dentro del capítulo de Honores y Distinciones. Tras ese emotivo y recordado acto deciden seguir ensayando y fundar la Agrupación Musical Santa Cecilia, que llega hasta nuestros días.
Bajo la dirección de Machín comienza
esta nueva aventura, pero el 4 de diciembre de 1984 fallece Santiago Machín
Pérez, dejando un gran vacío tanto en el seno de la agrupación como en el mundo
de la música. En ese momento de incertidumbre y desolación, elegida por sus
compañeras toma la dirección musical Carmen Padrón Suárez; como bien ya dije anteriormente fue una de esas primeras
alumnas aventajadas que apuntaban maneras. En la historia de la agrupación han
ostentado también la dirección musical: Pedro Perdomo, Ayose García y Juana
Oliva que llegó al grupo para cantar en el coro de la mano del Sacerdote Pedro
Perdomo, él mismo fue quien la recomendó como directora, cargo que tiene desde
hace más de 25 años. Bajo su dirección, en el año 2015, la agrupación pudo editar un CD con el propósito de que todas las componentes
tuvieran un recuerdo de su paso por el grupo, esta idea según cuentan, era un
sueño que tenía Carmelita Padrón.
El ámbito de actuaciones
de la Agrupación Santa Cecilia ha sido mayormente en celebraciones
de todo tipo como bodas, bailes de taifas, festivales, bailes de piñata, misas,
pregones, etc., repartidas por varios municipios de la isla de Gran Canaria.
En el año 2018 la A.M. Santa Cecilia pregonó la fiestas de
San Isidro Labrador, patrono del barrio de residencia de la agrupación.
El repertorio es otra de las peculiaridades
del grupo, compuesto por obras clásicas donde la parte instrumental cuenta con
gran protagonismo, algunos de esos temas son: un fragmento del brindis de la Traviata,
El sitio de Zaragoza, La marcha árabe, Damisela encantadora, Jota Aragonesa, En
un mercado persa, La chica del 17, La rosa del azafrán, etc. En la parte
musical de canarias se puede destacar, La punta y el tacón, Pobre Rafael,
Mazurca de Gáldar, Polca de Los Enanos de La Palma, Vals marinero, Andrés, Isa
niña bonita, Polca majorera, Pasacatre, De Tenderete, Pasodobles y otros
tantos. Temas de la otra orilla tan conocimos como: Agua del pozo, La paloma y
algunos más. En la época de Navidad
villancicos tan populares
como: Mi tierra tiene un volcán, Lo
Divino, Las palmeras de mi tierra y por supuesto las misas.
Hablar de la Agrupación Musical Santa
Cecilia es hablar de la historia de la mujer de Gáldar en el mundo del folclore
y de la música clásica de cuerdas. Sin quererlo ni pretenderlo han dado un
lugar destacado a la mujer en la ejecución instrumental desde tiempos remotos,
en una época donde la supremacía del hombre era más que evidente, sin embargo,
con la mentalidad adelantada de Santiago Machín y sus conocimiento musicales,
supo plantar la semilla en un grupo de niñas que desde muy temprana edad
apuntaban maneras, con gran destreza y desparpajo a la hora de tocar. En una
ocasión el mismo Sebastián Godoy le dijo a Milagrosa Curbelo siendo esta una
niña, “¡mira la chiribija esa cómo coge la púa!”, dando a entender el histórico
director de la Princesa Guayarmina la destreza de aquella niña, que dicho sea
de paso, era usual en la mayoría de las componentes de la agrupación.
La admiración que despertaron
aquellas niñas hace ya ochenta años llega hasta nuestros días porque, sin un
ápice de discusión, son la exquisitez instrumental por excelencia; colectivo
este que se construyó así mismo desde los cimientos, porque el gran arquitecto
musical Santiago Machín supo redactar y ejecutar un proyecto musical exclusivo
y sin antecedentes, donde la mujer ha sido y es la máxima protagonista.
En próximos días recibirán la Medalla
de Oro de la Ciudad de Gáldar, una medalla esta que reconoce su afable y
continuada trayectoria, y que enarbola la figura de la mujer; hecho este que
desde tiempos remotos vienen salvaguardado, participando de manera destacada en
la música en todas sus vertientes, incluso en la tradicional. Además, en cierto
modo también reconocer la trayectoria y dedicación de Santiago Machín Pérez,
porque sin él esto no sería una realidad.
Por otro lado cabe destacar que la A.M. Santa
Cecilia ha hecho una labor y trabajo en silencio, lo que le da un valor
añadido, porque nunca han buscado ni el protagonismo ni ser un colectivo
mediático, su afán ha sido disfrutar de la música, con el aliciente de mantener
un proyecto que cumple la friolera de ocho décadas.
Mucha felicidad para la Agrupación
Musical Santa Cecilia por la más que merecida Medalla de Oro de la Ciudad de
Gáldar.
Galería fotográfica clic aquí
Nada más que dar la enhorabuena a la agrupación Santa Cecilia y a ti Moisé por tan buena Recopilación de datos.
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