El
repertorio musical de nuestras Islas Canarias lo compone miles de canciones que
tratan de la idiosincrasia del canario,
o lo que es lo mismo, de los rasgos que nos diferencian como pueblo. Esos
rasgos diferenciadores pueden ser la gastronomía, lugares de interés,
acontecimientos históricos, juegos de cartas, la lucha canaria, la ganadería,
etc…
Los temas musicales de Canarias están diferenciados en las tres
líneas que recoge nuestro repertorio
musical; esas líneas son el folclore tradicional, la música popular y la
canción de autor de raíz folclórica, esta última quizá la que más temas
peculiares contiene.
El
tema musical del que voy a escribir está entablado dentro de las canciones de
autor de raíz folclórica. Cuando nombramos esta línea se nos vienen a la mente
los muchos autores que han compuesto canciones que recogen la forma de vida y
sentires de los canarios, podríamos nombrar alguno como Pancho Guerra, Nestor
Álamo, Andrés Macías, Cabrera y Santa María, etc…, el tema que les voy a dar a
conocer pertenece a los autores Antonio Guedes en la letra y a Pino Monzón en la música.
El
etnólogo y folclorista grancanario Manuel Pérez Rodríguez, durante la
presentación del acto que conmemoró el XXV aniversario de la A.F. Arnao de la
ciudad de Telde en el año 2009 dijo del tema
“El 6 de copas” lo siguiente: “Un
tema un poco socarrón, que hace alusión al barrio de Vegueta en Las
Palmas de Gran Canaria, a una zona como la Plaza del Pilar Nuevo, a La Casa de
Colón y el pasaje de Algaba. Allí había
una casa con niñas maestras en sanación,
allí iban los hombres a tomar unas copitas y alguna cosita más”
Solamente
con la explicación que da Manuel Pérez, ya nos podemos hacer una idea de qué supuso
para la sociedad de antaño tal garito que era más que una cantina o un bar de
copas, era un lugar de encuentro para los hombres de aquella época que iban al
6 de copas a algo más que a disfrutar de
una copa o una conversación, acudían a la casa de citas a cubrir sus necesidades sexuales con mujeres
expertas en sanación, y que el único mal que curaban era la necesidad sexual
de los que las visitaban .
1915: según relata el historiador Juan Francisco Martín del
Castillo en su ensayo Historia de la prostitución en Las Palmas
de Gran Canaria, "la prostitución era
admitida, en términos éticos y médicos, como un eficaz 'alivio' del varón,
además de método de prevención social de los males afectivos del matrimonio (el
adulterio)".
En la capital grancanaria, a principios del siglo XX, había quince burdeles, "en gran parte concentrados en la zona de Vegueta, para una población comparativamente reducida en orden a soportar la presión moral de unos negocios de características muy especiales", recoge en su estudio Martín del Castillo. "Si se hace cuenta de que cada casa disponía de al menos tres pupilas a su servicio, podremos calcular un mínimo de 50 mujeres dedicadas al tráfico en Las Palmas de Gran Canaria", una prostituta por mil habitantes.
Letra
de “El 6 de copas”. Antonio Guedes y Pino Monzón
Enfermito yo me vi
y en un sitio me curé
le llaman el seis de copas
que buenas horas pasé.
Viva el buen ron
(Estribillo)
vivan las copas
vivan las niñas
del “seis de
copas”(dos veces)
Unas copitas de ron
de mejunje y no sé qué
¡ay madre que borrachera,
que delirio y que placer.
Estribillo
No pensaba fuera así
tan pronto mi curación,
son las niñas (del) seis de copas”
maestras en sanación.
Estribillo
En Vegueta se bañaban,
playa que no olvido yo,
las niñas del seis de copas”
con ligueros y ropón.
Estribillo
Plasmar en una
letra tan extrovertida las vivencias de un local que estaba mal visto por la
sociedad de aquella época y por el que
me atrevo a aventurar que pasarían miles
de hombres con diferentes estados civiles, se me antoja algo atrevido, pero al
mismo tiempo simpático y real, ya que sin duda alguna componer una canción a un
prostíbulo no es algo usual, y mucho menos que lo interpreten grupos de
folclore tradicional. En la letra se puede ver la picardía y sutileza de
Antonio Guedes que da a entender muchas cosas sin llegar a ser una grosería.
Como reflexión
final decir que no es usual ver temas
tan liberales en nuestro folclore, pero no por ello menos importantes y menos
reales, ya que las vivencias del pueblo son historias, y plasmarlas en letras
de canciones es todo un acierto ya que han formado parte de nuestra historia.
Aprovecho la coyuntura para reiterarme en lo
que he dicho en varias ocasiones, que hacen falta nuevas composiciones
musicales que enriquezcan nuestro
repertorio musical, pero sobre todo de esta época que estamos viviendo
actualmente y que está totalmente huérfana en cuanto a obras de autor se
refiere. ¡Que vivan las niñas (del) 6 de
copas¡
Nota: Información en negrita extraída del artículo "Historia de prostitución en LPGC", de la autoría de Ana Sharife.