Hace escasas horas, en la jornada de este lunes 25 de mayo se
ha conocido el fallecimiento de uno de los iconos más importantes de la
historia del pasado siglo XX del folclor gomero y de Canarias al completo.
Ella fue una mujer que
caló hondo en la sociedad de antaño, sobre todo en una época que la oferta de
ocio y cultural era casi inexistente. Sus aportaciones y legado llega hasta
nuestros días, siendo una de las fuentes más limpias que se puede consultar
para conocer la historia del folclore gomero, al menos desde los años 50 del
pasado siglo XX.
En el año 2015 realice
una de las entrevistas más importantes y emotivas que he hecho en mi vida. Presto
y dispuesto me dirigí hasta Hermigua para realizar la entrevista, un documento
que quizás adquiera el valor que realmente tiene de hoy en adelante. Ella se
mostró muy cercana y cariñosa, además de gentil y con un discurso claro y preciso:
recordaba con gran nostalgia los veranos de su niñez y adolescencia en la Villa en
casas de sus tías, se emocionaba al nombrar a D. Jesús Trujillo que le
pronuncio la famosa frase..“Vete a beber agua a la fuente limpia”, a la “fuente” de los “romanciaores” que habían “bebido” del Baile del Tambor desde
niños. No borraba de
su privilegiada mente a Darío Clemente, Ángel Cruz y a “La Vieja Estrecha”, enorgullecida recordaba
a uno de los mejores grupos de la
historia del folclore en Canarias, su grupo, Coros y Danzas de Hermigua y
Agulo.
Sin lugar a dudas, gracias a ella el folclore de La Gomera pudo adquirir
mucha personalidad, a su autoría se debe lo que se conoce como “cambio de
mudanza”, que aglutina bailes de diferentes puntos de la isla de La Gomera,
ella también tuvo mucho que ver en la
creación de la ropa típica. En los años
cincuenta, Lilí con la ayuda de Don José Bencomo y de Don Inocencio Rodríguez
Guanche, trabajaron para diseñar un traje folclórico que fuera identificativo
de la isla de La Gomera. El pintor Reyes Darías diseñó la falda de la mujer.
Este proyecto también contó con la ayuda de la historiadora local Doña Rosa
Chinea. Se dice que antiguamente cuando la mujer trabajaba en el campo
utilizaba las enaguas azules, de ahí las faldas de ese color en la vestimenta
femenina. Las flores en el traje se pusieron en honor a la flor de la
siempreviva, planta muy frecuente en la isla. Tanto el traje de mujer como el
de hombre son una mezcla entre el vestido de faena y el vestido de fiesta. Me contó Ernestina Arteaga en una de las
entrevistas que le realicé, que esta vestimenta adquirió un premio a nivel
nacional, ya que, estaba entre “ lo elegante y lo campesino”. Además su grupo
ganó numerosos premios en su exitosa singladura, como muestra en 1963, “Coros y Danzas” consiguió el
Segundo Premio Nacional de Folclore en la modalidad de “Danza Antigua”.
Lilí
Ascanio tuvo muchos reconocimientos en
vida y premios como: el Premio Insular
de Turismo en su primera edición por parte del Cabildo Insular de La Gomera,
quien la reconoce como una auténtica embajadora de las tradiciones de la isla
colombina desde hacía medio siglo y como una de las raíces vivas y más honda de
nuestro folklore. El 9 de julio de 2003 “El Orfeón La Paz”, de La Laguna, le
rindió también un merecido homenaje, recibiendo Lilí Ascanio el premio a la
Mujer Canaria, En septiembre de 2004, con motivo de las fiestas de Las
Mercedes, patrona del municipio vecino de Agulo, Lilí Ascanio recibe por parte
del ayuntamiento de esa localidad. El 26 de noviembre de 2011, el Ayuntamiento
de Hermigua nombra a Lilí Ascanio Ascanio “Hija Predilecta del Municipio” es un
símbolo de gratitud al arduo y extenso trabajo de investigación y de divulgación
que ha hecho esta mujer del folclore gomero. Su última aparición en público en
referencia al folclore, fue el julio de 2019 ya que el Cabildo Insular le
realizó un nuevo reconocimiento por su labor.
Lilí
Ascanio Ascanio nació en 1923, desde muy temprana edad estuvo vinculada a la
cultura tradicional de la isla de La Gomera, convirtiéndose sin pretenderlo en
uno de los buques insignias de nuestro folclore y tradiciones. Una mujer
cargada de vivencias y sabiduría, que tuvo el privilegio de saciar su sed y curiosidad folclórica en la fuente más
limpia de la que podía beber y nutrirse, ubicada en El Estanquillo.
Lilí
nos deja con casi 100 años de vida, pero estoy completamente convencido que su
legado continuará sempiterno, ya que ella también ha servido de fuente para que
muchos otros folcloristas beban y puedan
mantener el legado que ella inicio.
Desde
Entre Chácaras y Tambores queremos trasladar nuestro más sentido pésame a su familia,
y al folclore de la isla de La Gomera y del archipiélago Canario.
Hasta
siempre maestra y gracias por tanto.
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