Los canarios desde tiempos remotos han tenido que emigrar por diferentes motivos. Por ello, no es una utopía que en cualquier punto del Planeta Tierra encontremos canarios establecidos que están muy orgullosos de sus raíces, las cuales los tienen unidos al terruño, no solo por lazos afectivos, sino también porque muchas de nuestras costumbres y tradiciones les acompañan cada día, poniéndolas de manifiesto y compartiéndolas con la sociedad del lugar donde arriban, haciendo que nuestras islas, formas y modos sean conocidos por mucho más que: sol, playa, turismo, desenfreno, etc.
En otra lectura, más profunda y enfrentada con lo expuesto, parece que en ocasiones se nos olvida que los canarios hemos sido migrantes en busca de mejor vida para nuestros familiares, que es lo mismo que buscan los que llegan jugándose la vida a nuestras costas, pero esto está mal visto por una parte de la sociedad canaria que solo se mira su ombligo.
Volviendo al cauce del artículo, los canarios están establecidos por todo el mundo, en sitios tan remotos como: Cuba, Uruguay, Argentina, Venezuela, Nueva Orleans, San Antonio de Texas, etc. En el territorio nacional en lugares como: Madrid, Palma de Mallorca, Zaragoza, Sevilla, Valencia, Alicante, etc.
En nuestras Islas Canarias, el municipio de San Cristóbal de La Laguna en Tenerife, fue, es y posiblemente será por siempre el territorio universitario por excelencia de nuestras islas. En la universidad tinerfeña no era mucha la oferta educativa en los años 70 y 80 del pasado siglo XX, por ello muchos canarios y canarias tuvieron que viajar a diferentes puntos de la geografía nacional para acometer sus estudios. Si a esto le añadimos que en Las Palmas de Gran Canaria no hubo universidad hasta el curso 89-90, como consecuencia de un gran movimiento social que tiene lugar en esta isla de Gran Canaria y que culmina con la aprobación por parte del Parlamento de Canarias de la Ley de Reorganización Universitaria de Canarias el 26 de abril de 1989.
Muchas de esas personas que se establecieron en diferentes puntos de la geografía española peninsular, lo hicieron en Valladolid, lugar donde la Casa de Canarias tiene un papel muy destacado, tanto el movimiento cultural como social.
Fue allá por 1980, cuando algunos de los canarios y canarias establecidos en Pucela para estudiar medicina, química, filosofía y letras, etc. empezaron a reunirse en un garito de la capital, con el objetivo de compartir un café y recordar nuestras añoradas islas desde la distancia, además de compartir anécdotas, vivencias y hacer la estancia más llevadera en la fría ciudad castellano leonesa. En la época de Navidad, como es usual, se atrevieron con una cena de las que se estilan por la época y, tras esos encuentros, decidieron fundar lo que hoy se conoce como la Casa de Canarias en Valladolid.
Como todo comienzo no fue fácil, hubo que darle personalidad jurídica a la Casa de Canarias, por ello en el año 1986 se presentaron los primeros estatutos en el Gobierno Civil, años más tarde allá por 1992, debido a las exigencias del momento, los mencionados estatutos sufrieron una modificación para poder adaptarlos a la legalidad vigente.
La Casa de Canarias en Valladolid, con casi 40 años de existencia, se ha convertido en un extraordinario embajador cultural y social de nuestras islas, prueba de ello son los tres actos de los llamados grandes que celebran en el calendario anual de actividades; el primero cada 2 de febrero donde participan en un encuentro en el que, con una imagen de la Virgen de Candelaria, donada por el Ayuntamiento de Candelaria, representan a las 8 patronas de nuestras Islas Canarias. Cabe resaltar que la mencionada imagen se encuentra en depósito de las Monjas Dominicas.
El segundo de los actos es coincidente con el día de Canarias, o sea, cada 30 de mayo celebran una Semana Cultural llena de actos que tienen que ver con nuestras islas, por ello organizan: conferencias, charlas, exposiciones, proyectan películas, elaboran gastronomía típica, torneos, izan la bandera de nuestro archipiélago, etc.
Quizás el acto más importante sea la participación en la Feria de Folclore y Gastronomía, que en este año 2023 cumple nada más y nada menos que su 37 edición, que dicho sea de paso será la última que se celebre en los aledaños del estadio José Zorrilla de Valladolid. Desde el 2 de septiembre hasta el 10 de septiembre, se instalarán en el mencionado espacio, Casa Regionales de toda España, para ofertar a los visitantes a precios populares la rica y variada gastronomía del lugar de procedencia, además de una actuación musical característica de cada lugar.
La sociedad vallisoletana no concibe unas Fiestas en honor a la Virgen de San Lorenzo sin Feria, por eso puedo afirmar, sin miedo a equivocarme, que la Feria es uno de los actos más multitudinarios, prueba de ello son los más de 8000 kilos de papas arrugadas y los 300 litros de mojo que la caseta de la Casa de Canarias vende cada año, sin olvidar los ricos quesos y vinos, además de los licores de plátano o el demandado plátano de Canarias que son productos estrellas. La música, los cantos y los bailes de Canarias en esta ocasión los pondrá el próximo domingo 3 de septiembre a las 20:30 horas en el recinto de Estadio José Zorrilla, el G.F. Los Cebolleros de Gáldar y la A.F.B. Los Cabuqueros de Arucas, que será la segunda vez que actúan juntos en este acto, ya que estuvieron en el 2010. Por contra, para Los Cebolleros será la cuarta vez, ya que también estuvieron en 1990 y 1995.
Durante el resto del año la Casa de Canarias en Valladolid ofrece un rico y variado programa cultural, con talleres y clases para aprender a tocar instrumentos, club de lectura, reuniones, tomar un vino, etc. sin olvidar la acción social y solidaria de este tipo de colectivos, además de destacar que es de suma importancia hacer comunidad.
Seguramente, resumir casi 40 años de andadura de una institución que ha servido de lugar de encuentro para los canarios y no canarios que se interesan por nuestra cultura y quieren participar de ella, no sea fácil, como tampoco lo ha sido ser embajadores de nuestras islas y nuestras cultura en la distancia. Por ello, es de justicia reconocer tan ardua labor, así como reconocer el gran esfuerzo desarrollado por las casi 70 personas que forman la Casa de Canarias en Valladolid en la actualidad, sin olvidar a tantos otros que anteriormente dejaron parte de su vida para que hoy la Casa de Canarias en Valladolid sea un ejemplo a seguir y una institución con una trayectoria destacada como embajadores de nuestras islas y nuestra cultura allende los mares.
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