lunes, 26 de mayo de 2025

Mucho trabajo por hacer; las falsas profecías enarbolan nuestro folclore y confunden más a las personas que no conocen nuestras señas de identidad y nos aboca hacia un todo vale.

 

Lo vivido el pasado sábado en el recinto de Siete Palmas, para muchos ha sido un hecho sublime, catalogándolo de algo sin precedentes, un hecho extraordinario, de la gran hazaña del siglo XXI, porque haber convocado a 41000 almas para hacer región y unir la época contemporánea con las tradiciones más profundas y verdaderas del pueblo canario que llegan de nuestro pasado, es algo que no se puede pasar por alto, pero mucho menos nos podemos permitir el lujo de no darle la importancia que tiene. 

Parece ser, que el simple hecho de ponerse una estameña, es el pase VIP hacia el reinado del folclore y las tradiciones y, esto toma más importancia aún, si hablamos de personas, perdón, me equivoque, de gente que es sinónimo de votos, de poltrona y de sacar pecho bajo el paraguas de “HACER REGIÓN” todo vale,  esto sucede cuando solo ha pasado el ecuador de un periodo de mandato algo convulso para los mandamases, donde el nacionalismo intenta recuperar la fuerza perdida allá en el pasado siglo. Hasta  aquel entonces lo votos llegaban por tuberías, sobre todo cuando esta tierra no sabía muy bien que la derecha camuflada bajo las siglas CC poco tenían  que ver con la cerveza fabricada en Tenerife y con el nacionalismo canario, porque no se percataron que aún faltaba una C, esa C  se correspondió con todos los votos que se fueron a parar a partidos nacionales, que dicho sea de paso, poco les importa esta tierra, la cual solo es un vergel cuando les interesa o hay algún redito económico por medio. Por cierto, hasta las CCC desaparecieron de la cerveza por si las moscas.

Por si esto no fuera poco, tras haberlo intentado todo, incluso se atrevieron a llamar a Paco Lobatón y al no dar resultado, el nacionalismo intenta recuperar el redito perdido, da igual si este es de izquierdas, derechas o centro, solo importa el mandar, para ello se han apropiado del eslogan “HACER REGIÓN”, que queda muy bonito, pero que poca consonancia tiene con lo que se predica y con lo que se hace. Me da la ligera sensación que no han caído en la cuenta, que el nacionalismo por desgracia para esta región ha ido perdiendo fuerza hasta tal punto que le ha pasado como a Sansón que le hicieron cortarse el cabello, perdió la fuerza y  nunca más le volvió a crecer, ni incluso acudiendo a Turquia, porque a un jarrón roto que es pegado con la gotita siempre le quedarán fracturas visibles, las cuales paga el pueblo, ya lo decía Braulio en una de sus canciones:

Tengo miedo que a mi tierra

La sacuda un día el volcán

Si se enconan las pasiones

Sabe Dios qué va a pasar

Por desgracia para esta tierra, desde la llegada del nuevo milenio la han sacudido tes volcanes; el de El Hierro, el de La Palma que todavía hay gente esperando a que se les soluciones muchas cosas y el volcán cultural que va dejando cada vez más débil a un folclore que ha sido rasgo diferenciador de nuestro pueblo y que parece que quieren modernizar y fusionar con otros géneros urbanos.

Volviendo a lo acontecido, el pasado sábado en el estadio Gran Canaria ante 41000 personas, puede ser para muchos un concierto más, el cual tuvo gran aceptación y que tenemos que sentirnos orgullosos que toda esa gente haya tarareado el estribillo de las canciones Gran Canaria y Somos Costeros con la música y canto de Los Gofiones, incluso lo equiparamos a la repercusión del Quédate de Quevedo, que hasta el popular Pepe Benavente ha versionado. Sí nos quedamos con esto, ponemos en valor la cantidad de gente y la repercusión mediática llegamos a la clara conclusión que ha sido un éxito, o como diría Pepe Monagas” vaya batata compañero”, todo depende de quien lo mire.

Ustedes se preguntarán qué de malo tiene lo acontecido en el estadio de Gran Canaria, pues realmente nada, si solo hubiese sido un concierto de Quevedo donde participaron Los Gofiones como teloneros, a eso le sumamos que todo el mundo apoyó los temas de autor de raíz folclórica interpretado por el grupo capitalino. Incluso, que Los Gofiones y Quevedo hayan compartido tablas puede ser interesante, porque dicen algunos entendidos que iniciativas como estas unen a generaciones y fortalecen los vínculos culturales y repito que además los políticos dicen que se hace región, pues que más podemos pedir, pan, plátanos y perras para el cine, pues va a ser que no.

Sin embargo, creo que iniciativas como estas les hacen un flaco favor a nuestro folclore y tradiciones, porque podríamos caer en el grave error de pensar que el folclore está más vivo que nunca por hechos como los mencionados aquí,  si echamos cuentas y valoramos que  41000 personas cantaron dos estribillos de canciones de puro marketing de Los Gofiones esto es sinónimo de buena salud tradicional, pues mucho me temo que es como la historia de la manzana, la cual está muy bella por fuera y podrida por dentro.

Nuestro folclore necesita más inversión pública, porque no es un gasto es una inversión, la cual pone de manifiesto nuestra esencia cultural que ha ido pasando de generación a generación de forma natural. A nadie se le esconde que en una actuación de folclore no habrá 41000 almas, pero pienso que  invirtiendo solo el 25% de lo que puede costar el acto del pasado sábado, se podrían abrir escuelas de folclore, acercar las clases a los núcleos poblacionales más lejanos, esto haría que se potenciará de una manera consciente y adecuada todo lo que tiene que ver con nuestras tradiciones: música, canto, baile, artesanía, etc. convirtiendo esta formación en un servicio público y gratuito. No podemos pretender que en un año estén las aulas llenas, porque esto no es una carrera de cantidad y velocidad, es una carrera de resistencia y calidad.

Por desgracia, entiendo que flaco favor le hacemos a nuestro folclore y tradiciones intentando darle naturalidad a lo que no lo tiene, queriendo dar a entender que somos una región con unos valores culturales enraizados a nuestra gente, el próximo viernes se nos llenara la boca para decir que somos canarios, eso sí solo por un día, el treinta de mayo.

Por suerte, somos una región única con una forma de ser propia y con su oportuna cultura. Dicen los entendidos que podemos estar hablando de la cultura y folclore más rico del mundo, pero si confundimos a la gente con acciones que pueden dar a entender cosas que no son, estamos fastidiados.

Antes de terminar, quiero aclarar que no tengo nada contra la gente que fue al concierto y de Quevedo, mucho menos de Los Gofiones que son unos estupendos embajadores culturales. Solo intento que las cosas se vean desde otro prisma, donde no se ponga en valor hechos puntuales donde se mueven grandes números de personas que poco tienen que ver con el ámbito de la actuación de las dos canciones de Los Gofiones y, que puede llevar a confundir a una región que cada día está más influenciada por cosas que vienen de fuera, a pesar que el volcán sigue sacudiéndonos parece que no aprendemos, “somos cabezuos coño”.

Feliz día de Canarias, en especial a todos los que HACEMOS REGION, estas dos palabras se definen como: se trata de espacios donde las personas que viven allí comparten rasgos culturales que las distinguen de otras regiones.  Parece ser que la música de Quevedo nos distingue, porque el reguetón, pop rap y trap latino tiene su origen en Canarias.