sábado, 10 de agosto de 2024

Las cantinas y bares de Barrial son otros de los rasgos diferenciadores del barrio.

Los diferentes núcleos  poblacionales, barrios, pagos, etc. suelen ser conocidos por su idiosincrasia que, de una manera u otra, poco a poco han ido diferenciando los territorios unos de otros, esto se debe en mayor parte a la herencia recibida de sus ancestros,  por la comunidad que reside dentro de una demarcación territorial y,  que de  una formar natural y responsable ha fomentado, trasmitido y expuesto entre la sociedad, siendo todo esto muy importante, pero no menos importante es el legarlo a cada uno de sus pobladores, e incluso a foráneos que atraídos por las mencionadas singularidades, visitan, participan y elogian a un lugar concreto y a su acervo cultural. Uno de esos distintivos es sin lugar a discusión la gastronomía y sus establecimientos hosteleros.

Antes de continuar, cabe recordar el concepto de “cantina”, que poco a poco ha pasado a desuso tanto en su fisonomía como tal, así como el encontrar alguna en la actualidad que se ciña estrictamente a lo que debería ser. Aprovecho la coyuntura para dejar el significado según la RAE, cantina:Establecimiento público que forma parte de una instalación más amplia y en el que se venden bebidas y algunos comestibles.

Con la definición de cantina, podemos entender que es un pequeño local insertado dentro de alguna dependencia mayor tal como: una asociación de vecinos, una sociedad, un campo de fútbol, un polideportivo, etc. en los que se sirve mayormente bebidas y algunas tapas concretas, sin que haya en su carta una gran oferta gastronómica. Sin embargo, los platos y bebidas que ofrecen son suficiente reclamo para alcanzar una popularidad entre residentes y foráneos.

Barrial ha tenido en la historia varias cantinas y bares que han dotado al barrio de mucha popularidad entre la población, por ello la oferta gastronómica es en cierto modo uno de los atractivos que hace que el barrio sea conocido no solo por los vecinos, sino por foráneos que llegan a Barrial a disfrutar de los platos que desde tiempos remotos han sido y son el estandarte gastronómico de Barrial. Una oferta esta muy casera pero preparada a conciencia, sin miedo a equivocarme, pongo en el primer puesto de los platos, el pollo frito y la ensalada, combinación que ha ido pasando por diferentes bares y cantinas, preparándose de diferentes formas, pero teniendo mucha aceptación entre los clientes, no me puedo olvidar de la carne de cabra, la ropa vieja, los churros de pescado, la merluza frita, sin obviar el huevo duro, los manises, los chochos, etc. Referente a las bebidas, cervezas, refrescos, vinos, ron, etc. Algún informante recuerda una cantina que vendía el ron a granel, los clientes iban con la botella a rellenarla de la pipa, que solía contener ron de Arucas.

En las cantinas que se abrieron en la asociación de vecinos, sociedad y algunos bares, ofrecían algo más que la oferta gastronómica, ofrecían también entretenimiento. Varios informantes recuerdan la llegada de la televisión en blanco y negro, en alguna cantina se veía programación para niños, los cuales se daban cita allí para disfrutar de la oferta televisiva, hay quien afirma que se le cobraba alguna pequeña cantidad de dinero a los niños que acudían a ver la televisión, también se proyecta hasta nuestros días, los apasionantes encuentros de fútbol. Por otro lado, no podía faltar la baraja para echarse un subastado o envite, también se jugaba al dominó. Tiempo después, en algunos de estos locales se instaló un futbolín, hay incluso quien recuerda el flipper o pinball que causó mucho revuelo entre los más jóvenes, o el billar.

Hablar de las cantinas y bares de Barrial es hablar de un espacio familiar, que sirve de punto de encuentro para que vecinos y amigos compartan un momento de esparcimiento y disfrute tras una jornada laboral, simplemente como aperitivo al almuerzo o cena, o como sitio de parada obligatoria en las idas y venidas de los quehaceres diarios. En definitiva, estos lugares supusieron un espacio para el encuentro familiar y cercano donde generalmente siempre estaban las mismas personas, que compartían una copita y una charla de lo que se terciara. Hoy por desgracia ya no quedan muchos locales con estas características, a nadie se le esconde que las añoradas cantinas fueron sitios que se abrían más con el objetivo de prestar un servicio a las personas y al conjunto arquitectónico donde estaban insertadas, qué de un negocio como tal, de ahí que su oferta gastronómica fuera un tanto reducida. Muchos de sus arrendatarios abrían solo de tarde y fines de semana, ya que, compaginaban esta tarea con su profesión habitual. Tras el endurecimiento de las leyes laborales, la subida de los impuestos, etc.  las cantinas están casi extintas, lo que supone que se hayan reconvertido en bares con una carta mucho más amplia y horarios más continuados.

Con este artículo se pretende recordar y rendir un reconocimiento a los hombres y mujeres que durante años han estado en estos locales y, que en cierto modo con su buen trato y  arduo trabajo, ayudaron a que Barrial fuese conocido por su buen comer en toda la isla, hecho este que llega hasta nuestros días, puesto que Barrial sigue ofreciendo en sus múltiples establecimientos hosteleros esa herencia culinaria, que identifica a los barrialenses  y barrialensas donde no puede faltar el rico pollo frito con la ensalada que ha ido pasando de generación en generación y ha llegado hasta nuestros días.

1 comentario:

  1. Es Juan Molina Tacoronte,Manuel era su hermano y mi padre

    ResponderEliminar