lunes, 20 de enero de 2014

Debemos llamar las cosas por su nombre, en el "FOLKLORE CANARIO" no vale todo


Antes de entrar en materia sobre el tema que nos concierne, cabe apuntar que debemos llamar las cosas por su nombre para  no confundir a nadie y aún menos a los que desconocen nuestras tradiciones, ya no solo a los turistas, sino a los propios Canarios que cada vez les cuesta mas entender y saber diferenciar entre folklore Canario, música popular Canaria o la música del mundo hecha en Canarias que interpretan y graban los grupos de nuestro archipiélago con grandes dotes musicales y arreglos exquisitos, para espectáculos musicales y que, bajo la opinión de  los entendidos en la materia, tienen un sobresaliente. Poco tienen que ver estas grabaciones o interpretaciones  con nuestro folklore mas ancestral y tradicional, pero que sin embargo se valen para denominar sus actuaciones y grabaciones, de esas dos  palabras tan familiares, oídas por todos,  pero desconocida, por  la inmensa mayoría, en su significado técnico e histórico, esas palabras son “Folklore Canario” .


Nuestro folklore que ha venido pasando de generación en generación, que no pertenece a nadie en particular y que todos usamos de él,  ha evolucionado como la vida misma, a él se han introducido elementos tan extraños en las últimas décadas pero  usuales en cualquier escenario, en las interpretaciones de los grupos de nuestro archipiélago,  sería de ilusos pensar que subir al escenario no lleva consigo tener  ciertos requisitos de idoneidad , buena puesta en escena y respeto al publico  que va a disfrutar del espectáculo, pero no es menos cierto, que bajo esos criterios se puede respetar la esencia más tradicional de nuestro folklore, ya no sólo en el canto y en el toque, sino que hasta en el baile se puede mantener esa forma espontánea de bailar, donde cada bailador pueda imprimir su propio sello.

Hoy día dentro de las formaciones de colectivos que se mueven en los escenarios de nuestro archipiélago podemos encontrar  muchas denominaciones bajo esas abreviaturas que muchos desconocemos. 

Bajo las siglas de A.F. se encuadran quizás los colectivos más completos y tradicionales  de nuestro archipiélago ya que  recogen en sus representaciones el canto, el toque y el baile y, generalmente, suelen ofrecer un repertorio íntegramente de folklore tradicional, para que se hagan alguna idea vamos a citar algunas de ellas A.F Oroval, A.F. Sabinosa, Coros y Danzas Valle Gran Rey, etc.. 

Con las siglas G.F. están los grupos folkloricos,  pocos son los que todavía siguen bajo estas siglas en nuestro archipiélago, esta denominación surge  a fínales de la década   de los sesenta, principio de los setenta con el redescubrimiento del folklore, que rompe con la línea que llevaba el folklore hasta aquel momento tomando la música popular Canaria un papel fundamental. Dentro de este apartado, aunque su nombre no portaron las siglas en aquel entonces, podemos encuadrar a  Los Sabandeños, Los Gofiones, Los Faycanes etc... a pesar de que hoy ya no lo son. Un caso de los pocos que se conocen en el archipiélago bajo esta denominación puede ser la de Los Cebolleros de Gáldar que se mantienen con firmeza y orgullo como Grupo Folklórico.  

Como cosa curiosa, en los años noventa en Gáldar surge una nueva denominación A.F.B estas siglas recogen a las agrupaciones folklóricas de bailes tradicionales que de manera autónoma bailan con varios grupos que no poseen bailes en sus filas. El caso de Abaicán, en Gáldar, es el primero de este tipo de colectivos desde la desaparición de Los Viejos de Gáldar, y  años mas tardes nacen otros, como Los Cabuqueros, El Zumacal Los Amigos o uno de los casos mas recientes, en Tenerife el grupo El Miradero de Icod de Los Vinos.

A fínales de los noventa  y a principio del nuevo siglo  surgen diversos colectivos  y muchos grupos que veníamos viéndolo bajo las siglas de G.F. pasan a denominarse A.M., Agrupación Musical,  aunque la mayoría se visten con ropa tradicional o típica Canaria, sus repertorios y grabaciones, poco tienen que ver con el folklore Canario,  interpretan canciones del mundo,  donde cualquier tema de diversos géneros es valido para los excelentes espectáculos musicales que montan y que tanto apoyo reciben del publico asistente, de las entidades publicas y privadas,  y como nó de los medios de comunicación que hacen una bombardeo publicitario en medios como TV, radio, prensa escrita, prensa digital, etc..  para la promoción de estos macro conciertos,  que me atrevería a decir se pueden equiparar a los musicales más prestigiosos a nivel nacional. Los Sabandeños, Los Gofiones son un ejemplo en cuanto al cambio de denominación, como cosa curiosa si miramos las  extensas biografias de estos históricos grupos, no encontramos como se denominan ellos mismos en niguna época de la historia. En los nuevos colectivos,  encuadramos a la A.M. Facaracas que  con grandes armonizaciones y notables arreglos musicales es  una de sus diversas peculiaridades que podemos apreciar en sus actuaciones, en ellas aglutinan un repertorio disperso de músicas del mundo con temas tan peculiares como: La Pelota, Marina, La guitarra del joven soldado, o las fusiones de géneros del folklore de Lanzarote  como hiciese la Sección Femenina de La Orotava para ir a los concursos de mitad del pasado siglo. La inserción de las mujeres a este género ha sido notable y con muy buena acogida en la sociedad Canaria como son los casos de  En- Cantadoras o Calicanto, hecho éste en el que no se interpreta nada de música folklórica Canaria  y curiosamente no se visten con la vestimenta típica y tradicional de nuestro archipiélago, cosa ésta bastante acertada, ya que eso significa que tienen claro cual es su papel en los escenarios de nuestras islas.

Las Parrandas que en los inicios del pasado siglo tuvieron mucha actividad ya que si nos ajustamos a la correcta definición de Parranda es un  grupo de músicos o aficionados que se reúnen para tocar  y cantar de forma esporádica. Por tanto, si nos ceñimos a esta definición podemos deducir que era una forma de vida de aquel momento.
En estos últimos años, hemos visto como este tipo de colectivos tienen un auge impresionante a lo largo y ancho del archipiélago podemos encontrar ciento de ellas. En  muchas su número reducido de componentes y su variado repertorio donde aglutinan varios géneros, sobre todo, animados y parranderos, hacen que sean requeridos para todo tipo de celebraciones e incluso para representar a islas en Festivales Folklórico 7 Islas, como pudo ser el caso de  La Parranda de Gáldar “Lo Nuestro” que participo en el 7 Islas de San Benito en La Laguna en el año 2008, hecho éste un tanto inusual ya que si nos detenemos a  mirar las características de los colectivos anteriormente mencionados deduciríamos por antonomasia,  que las Agrupaciones Folklóricas serian  los colectivos que más se ajustan a este tipo de acontecimientos.

Por último, abrimos el apartado de grupos reducidos donde aquí no podíamos dejar de nombrar a esas grandes voces femeninas que tenemos en nuestras islas como  Mari Sánchez y Los Bandamas, Quecha y la familia Gonzalez, etc... donde ellas jugaron también un papel fundamental en la inserción de las mujeres  a nuestras tradiciones y a los escenarios.
Los tríos y cuartetos son muy usuales en la zonas turísticas, que por su reducido número de miembros son de fácil colocación en locales donde se dan cita numeroso número de viajeros, con la ropa típica o tradicional canaria hacen interpretaciones de muchos géneros musicales, la venta ambulante de trabajos discográficos son usuales, podemos ver en las carátulas de sus disco el lema Folklore Canario y cuando miramos lo que tienen grabado poco tienen que ver con nuestro ancestral folklore.
Algunas de las casas discográficas de nuestro archipiélago graban a estos colectivos y distribuyen masivamente este tipo de trabajos discográficos a mercadillos y rastros donde logran vender un buen número de discos ya que la música pachanguera que se encuentra incrustada en ellos logra captar la atención de los numerosos  visitantes que acuden a estos puntos de ventas.

Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero deberían tratar de convivir todos, representando y actuando como lo que  son y no queriendo absorber todo para sí mismo. Hay sitio para cada uno de los colectivos aún bajo las diferentes siglas que anteceden a su nombre de pila. Son muchos los actos de diferente indole  donde pueden exponer sus elaborados y acertados trabajos pero llamándolos por su nombre y no confundiendo a esos que desconocen el origen de los temas musicales, que es folklore Canario, múisca popular Canaria, etc....

Debemos llamar las cosas por su nombre para que nadie se confunda, y mucho menos, vender gato por liebre ya que últimamente es muy usual, estamos inmersos en un punto donde muchos creen tener la verdad absoluta sobre todo lo relacionado con nuestras tradiciones y que todo vale con tal de sacar partido. Si los que participamos cada día  de nuestro acervo cultural no luchamos por llamar las cosas por su nombre, en veinte años oiremos decir que Mariposa Traicionera de Maná es originario del municipio de Garafia en La Palma o que El Caimán lo cantaba Valentina la de Sabinosa  con su tambor a las puertas del Casino de su pueblo natal.



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