El pequeño Eric despertó temprano este domingo, sin cansancio alguno
después del Día de Rama. Ël solito puso en andas a toda la casa, porque no
quería llegar tarde a la procesión de Las Marías.
La ilusión de Eric es
la misma que sintió todo el pueblo de Guía en el Día de Las Marías, con las
calles engalanadas, y el corazón alegre para festejar a lo grande con la
Señora.
Esperando en el frontis de la iglesia, con el palo adornado con alguna
flor y el cartel que decía “Gracias Madre”, estaba Miguel Cabrera, natural de
Arucas, pero que hace cincuenta años, desde que se casó con una guiense, que no
se pierde una Romería de Las Marías. La ha hecho suya y la vive con inmensa
devoción.
Y la devoción dio
paso a la emoción cuando la Virgen de Las Marías apareció en la puerta
principal de la iglesia, con las cigarras cayendo desde lo alto a sus pies, en
ese acto simbólico que cada año revive el voto hecho en Vergara, por los
campesinos de las medianías norteñas.
El sentimental sonar de tambores y caracoles recibió a la Virgen, que en
medio de la hermosa enramada, procesionó por las calles, recibiendo el amor de
su pueblo.
Dando el compás
musical a los mayores, estaba el pequeño Gabriel, que apunta maneras de gran
músico.
Asunción iba contenta como unas castañuelas, llevando de la mano a su
nieta Rocío, que lucía con garbo la vestimenta hecha con mucho amor por la
abuela.
Y se acompaño a la
Virgen en la hermosa procesión, ofrendando lágrimas nacidas en lo más profundo
del corazón, porque hay mucho que gradecer, perro también porque en el Día de
Las Marías, se hace muy presente la nostalgia, con el recuerdo eterno de los
que ya no están.
Y cuando la Virgen volvió a la iglesia, callaron los tambores y
caracolas, y en su lugar sonaron las guitarras y timples, acompañando el
sentimental canto dedicado a la Virgen.
Desfilaron las carretas, con los romeros invitando a queso, papas
arrugás y pan con chorizo.
Empezando la calurosa tarde,
se disfrutó del sancocho, de la familia y de los amigos, y se siguió cantando
hasta que la luna puso luz a la noche festiva.
La primera intervención
de Gilberto Candelaria será para hablarnos de perros.
Tito Monzón, de
Gran Canaria, tiene 73 años y lleva cazando desde que era un niño. Su padre,
que murió de 91 años, estuvo cazando hasta los 85, y así se podría seguir remontando
hacia atrás en su familia. En los campos canarios siempre ha sido una actividad
muy tradicional y en épocas de escasez, además, era un recurso más para completar
la dieta que tenía al gofio como ingrediente indispensable de la que se alimentaban
las personas y sus perro “La cacería tradicional es con podenco canario y hurón
(sin escopeta) –insiste–. Se hacía por afición, pero si eran tiempos difíciles
había que buscar un poco de carne. En la época de mi padre no se sacaba
licencia, él trabajaba por el día y por la noche iba a cazar para tener
sustento, pero no vivía de la caza, vivía del campo. Nosotros todavía tenemos
tierras en Valsequillo y las cultivamos”.
“Con siete años
empecé a ir a cazar porque a los chiquillos nos ponían el morral encima con la
comida, así ellos iban más liberados. Y cuando cogían una pieza, le decían al chiquillo
¡vete y recógela! y el chiquillo estaba siempre para todo. ¡Vete a la fuente y
trae agua! Éramos los ayudantes y cuando fuimos creciendo fuimos espabilados y
nos quitamos el morral de encima y cada uno llevaba el suyo”, ríe Tito
recordando, explicando que en una actividad que se suele hacer en familia: los
padres, los hijos, los hermanos, los tíos.
“Yo he cazado
toda mi vida y hasta la fecha con mi hermano y con mis tíos, siempre ha sido
tradicional. Ahora se suelen reunir también cuadrillas que son amigos y no son familia”.
La segunda intervención
de Gilberto Candelaria nos traerá un documento desde La Gomera, con la extracción
del Guarapo.
Debemos atribuir
la permanencia de éstas, intactas a lo largo de los siglos, a la enorme
importancia que en la vida y la economía del campesino ha tenido la palmera.
El asentamiento
familiar en zonas de palmerales ha permitido conservar estas labores artesanales
hasta nuestros días. No son son sólamente datos anecdóticos sobre su importancia,
el que a la muerte de algún familiar pueda darse un reparto de la herencia
fraccionada en términos de una o varias palmeras, incluso muy alejadas entre
sí, o el que éstas se lleguen a arrendar, se hagan de medias, mantengan serventías
de paso y tengan incluso derechos propios de agua.
Es en
Tazo-Cubaba donde mejor se ha conservado esta «cultura», mejor se respetan los
palmerales y mejor calidad de miel se obtiene. Podríamos decir que gracias a
los verdaderos artesanos de la palmera de este pequeño caserío, no hemos
perdido la posibilidad de degustar y contar con un producto tan apreciable como
es la miel de palma.
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Desde tiempos inmemorables, las
medianías y cumbres de Gáldar y de la comarca han sido el granero y el sustento
de la isla. Entre sus montañas y valles están las raíces de la mayor parte de
los habitantes de las zonas bajas y de buena parte de la isla. Es ahora el
momento de devolverle a esta tierra y su gente el esfuerzo realizado durante
generaciones para sacarnos adelante. Apoya y consume productos de las
producciones y establecimientos de las zonas afectadas por los incendios.
Duerme en sus casas-cueva y viviendas rurales. Saborea un paisaje protegido y
un modo de vida que perdura a través de los siglos y que es Patrimonio de la
Humanidad. Altos de Gáldar, saborea nuestro paisaje.
Esta agrupación nació en el año 1.991 tras varios intentos fallidos en años anteriores, más concretamente desde el año 1985. Su origen se debe a la creación de una escuela de folclore, en el barrio marinero de Sardina del Norte en Gran Canaria. Su nombre, según cuenta la reseña histórica del libro “Narraciones Guanches” de Pedro Castejón González, hace referencia a dos elementos geográficos emblemáticos para el barrio marinero y de toda Gáldar, como son “El Farallón”, trozo de acantilado desgajado por la erosión que se encuentra frente a la playa de Sardina y “Tábata”, que es el nombre con el que designaban los indígenas galdenses a la playa de Sardina.
Esta
agrupación, en los mas veinticinco años, ha experimentado un positivo
desarrollo, ya que lo que empezó siendo un grupo limitado de barrio, se
ha convertido con el paso de los años, sobre todo en este último lustro, a raíz
de su XX aniversario, en uno de los grupos más importantes ya no solo de
Gáldar, sino de Gran Canaria.
Personas
muy importantes y legendarias en la historia del folclore de Gáldar como
Yayo Pérez, Isidro Suarez, Manuel González, etc…, procedentes de colectivos tan
importantes como “A.F. Tenesoya” o “Los Hijos de La Noche”, aportaron
sabiduría al inexperto colectivo. Y otras personas como Paco Pérez o Moises
Gil, entre otros, a pesar de su juventud, en los inicios del grupo aportaron
las ganas y la ilusión para la creación y mantenimiento del mismo.
Música para este sábado:
Folias al Valle Taoro- A.F. Atabara.
Marquilla la perrera -Gofiones y Mary Sanchez
Santo Domingo gomero-C.Y.D de Hermigua y Agulo
Tanganillo de Teno Alto -A.F. Oroval.
Gáldar Mia- Los Cebolleros
Tipi tipi tin.
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Les
esperamos en el programa Nº311 dirigido y presentado por Moisés
Rodríguez Dirigido técnicamente por Paco Bolaños , durará dicho
programa en torno a 120 minutos, donde esperamos que todo lo que allí se
exponga sea del interés de todos los oyentes este Sábado 21 de
septiembre de 2019 a partir de las 12:00 horas de la mañana, no falten a
su cita con nuestras costumbres e identidad.
Recuerda
que nos puedes oír en tu radio en la 107.9 FM en Gran Canaria desde
Bañaderos Arucas hasta La Aldea de San Nicolás en costas y medianías y
en Tenerife desde La Laguna (Los Rodeos) hasta Granadilla de Abona en la
costa o mediante la emisión online
en http://www.radiogaldar.blogspot.com/, y en www.galdar.es, ó directamente en el siguiente enlace http://www.ivoox.com/escuchar-online-radio-galdar-fm-107-9_tw_2456_1.html, además puedes escuchar todos los programas que hemos realizado desde la temporada pasada en www.ivoox.com poniendo en el buscador Entre Chácaras y Tambores .
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