En la noche
de este domingo 2 de febrero se ha apagado a los 79 años de edad una de las últimas voces
de la vieja escuela del folclore de Gáldar, Braulio Pérez Santana,
conocido cariñosamente y artísticamente como Yayo, fue, es y será
uno de los mejores cantadores que ha dado la ciudad de los Guanartemes.
Hablar de
Yayo es hablar de la historia del folclore de Gáldar, ya que, paso
por una infinidad de grupos donde fue mamando la sabiduría de muchos
folcloristas destacados el caso de Maestro Ignacio Rodríguez, Yayo
se enorgullecía mucho al hablar de Ignacio Rodriguez y de su paso
por la A.F. Tenesoya, y mas aun cuando recordaba con emoción las
veces que le puso voz a lo que muchos consideramos el himno de la
ciudad de Gáldar, “ Un bolero para Gáldar”, sin obviar que puso
su voz anteriormente allá 1958 para que Los Viejos de Gáldar
bailarán. Además pasó por Los Cebolleros de los Conrados a finales
de la década de los años 80, por la A.F. Tenesoya de Hoya Pineda,
A.F. Estrella y Guía, por la A.F. De la Tercera edad de Gáldar, por
la Parranda de Gáldar Lo Nuestro, por la Agrupación Lírica de
Gáldar y por Los Cebolleros actuales.
Sin lugar a
dudas su agrupación más querida fue Farallón de Tábata, un
proyecto que defendió contra viento y marea, ya que empezó con
muchas dificultades en los últimos años de la década de los años
80 y principio de los 90. Fue en 1991 cuando Farallón de Tábata
consiguió formase como una agrupación, con el paso de los años se
convertiría en una agrupación puntera gracias a entre otros muchos
factores a tener en sus filas a folcloristas de gran calado como:
Manuel González, Isidro Suárez y por su puesto Yayo Pérez. Yayo
fue unas de la cabezas visibles de la agrupación de Sardina del
Norte, tanto fue su dedicación que consiguió tras innumerables
gestiones el local actual de la agrupación.
Las personas
que pudimos conocer a Yayo Pérez en lo personal sabemos de muy buena
tinta lo pícaro que era, siempre tenia una sonrisa en la boca, una
anécdota que contar o un chiste que decir, eso si, como él decía
no tengan prisa porque no se cuando voy a terminar de contarlo, ya
que era gago, sin embargo cantando nadie lo diría. Recuerdo a Yayo
como un parrandero excepcional, de esos capaces de pasar noches, días
y madrugadas de parranda sin parrar, como un folclorista sabio, con
grandes dotes de cantor y sobre todo nada celoso de su sabiduría ya
que no tenia ningún inconveniente en compartirla con sus amigos, de
ahí, que se le deba el rescate de muchas piezas que muchos grupos de
Gáldar y fuera del municipio interpretan y han grabado en sus
discos.
La
discografía tradicional de Gáldar en la ultima década tienen su
voz plasmada en dos trabajos discográficos como solista; en el año
2011 “Cantares de Gáldar” de Farallón y en el año 2015 aunque
ya retirado de los escenarios grabó dos canciones como solista en el
último disco de Los Cebolleros hasta el momento “Por la senda de
nuestros ancestros”, ya que él simbolizaba la voz con vida mas
destacada de la vieja escuela hace un lustro. Su estilo era muy
peculiar, todos los que tuvimos la suerte de oírle cantar nunca
olvidaremos su potente voz y su peculiar forma de finalizar las
frases con su propio sentir.
El pasado
mes de diciembre pasé por su casa a visitarlo, siempre cuajé bien
con él, Yayo fue una persona sencilla, alegre, servicial, amigo de
sus amigos y sin lugar a dudas amante de nuestras tradiciones y
transmisor de vivencias y sabiduría. Dentro de esa alegría que hago
referencia él era capaz de reírse de sus propias vivencias, sobre
todo se tomaba muy a guasa la muerte, todos los que le conocíamos de
cerca sabemos que estuvo en alguna ocasión bastante fastidiado,
pero él siempre decía que era como los gatos, ya que tenia siete
vidas.
La valía y
aportación de Yayo al folclore fue reconocida en el año 2008 por la
A.F. Farallón de Tábata dentro de la edición de unos de sus
festivales, dentro de otro de los festivales de Farallón en el año
2015 la Federación de agrupaciones folclóricas de Gran Canaria le
rendía otro reconocimiento por su gran valía.
Yayo siempre
será recordado por todos, ya que poseía dos grandes virtudes el ser
un gran solista y mejor persona. Todos los que tuvimos la suerte de
conocerle le recordaremos de por vida y los que no le conocieron le
conocerán, ya que será un claro ejemplo de como se debe cantar el
estilo de Gran Canaria para las generaciones venideras.
Queremos
trasladar nuestro más sentido pésame a su familia, en especial a su
mujer Anita ya que ella tuvo mucho que ver en que Yayo pudiese
disfrutar y vivir tanto el folclore, esperando que se puedan
recomponer pronto de tan sentida perdida.
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