Ambos
grandes conocedores de la trayectoria del grupo de la ciudad del drago, nos
hablarán de muchas curiosidades de grupo, además del trabajo literario realizado
por Arencibia sobre el grupo, un libro de mucha información valiosa, con
grandes acabados y muy bien maquetado. Aprovecho la coyuntura para agradecerles
a ambos que me hayan regalado el libro.
En
referencia al libro, me lleve una grata sorpresa, ya que, según lo volteé para
ver la contraportada y empecé a leer el texto que reza en él, me resultó muy
familiar en un alto porcentaje, como si lo hubiera o hubiese leído antes, e
incluso escrito el texto dice asi: A partir de la segunda mitad de los años 60
y principios de los años 70 del pasado siglo XX. surgió en Canarias lo que los
expertos catalogaron como "el redescubrimiento del folklore". . pues
nacía un estilo que rompía la línea que se llevaba hasta aquel momento. En el
archipiélago aparecieron compuestos exclusivamente por grupos Voces masculinas
teniendo un común denominador: buscar en nuestro pasado y poner de manifiesto
rasgos diferenciadores de nuestra cultura y forma de ser, consiguiendo con ello
ser la voz del pueblo. Nombres fundamentales como Los Sabandeños, Los Gofiones,
Los Sancochos. Los Granjeros... y Chincanayros de Icod de los Vinos Los que,
por su peculiar repertorio, su calidad y personalidad propia, fueron un grupo
singular. Citados por los entendidos en folklore como uno de los mejores grupos
de la historia de la música popular canaria, desarrollaron su carrera
coincidiendo con el período de la Transición Española. Acudiendo a la poesía,
la canción protesta, el folk, la canción social, la música sudamericana y el
folklore tradicional ay de las Islas, dejaron un legado de temas propios donde
cantan a la identidad canaria, las tradiciones de su pueblo, así como al hombre
canario y su problemática a través de la denuncia social.
El grupo de amigos de Icod de los Vinos y de otros pueblos de la comarca
del Noroeste de Tenerife, que empezó a reunirse semanalmente a comienzos de
1972 para pasar un buen rato en torno al folclore y a una perra de vino a
granel, se atrevió a hacer su primera presentación al público en la Sociedad
Centro Icodense, el Casino, en septiembre de ese mismo año, con
motivo de las Fiestas del Santísimo Cristo de la ciudad y con
un nombre tomado del penúltimo jefe del menceyato de Ycoden: Chincanayro.
Su elogiada actuación ante los entonces Príncipes de España, D. Juan
Carlos y Dª. Sofía, con motivo de su visita a
Tenerife en 1973, los terminó de animar a grabar ese mismo año su primer disco
de larga duración: Esto es folclore de las Islas Canarias, con
Canary Records; luego vinieron tres discos más con Movieplay: Los
Chincanayros cantan al pueblo (1975), Tajaraste(1977) y Leyenda
y Tradición (1978); y un último disco con Marfer: En las manos
del volcán (1983).
Estos cinco discos incluyen 49 temas, algunos de origen popular y otros
compuestos en su mayoría por el Director del grupo, José Luis-Ravelo (Pepe
Floro), y Jerónimo de Francisco, con arreglos del propio director y de sus
colaboradores Luis Manuel García y Agustín Aguiar, y con las voces solistas
principales de los hermanos Socas: Carmelo y Chano. Pronto vinieron las
actuaciones por todas las Islas, por la Península.
y, de las más recordadas, por Venezuela en 1976 y 1979. También los programas de radio y de televisión; entre otros: los Martes Fiesta de José Mª. Íñigo, 300 Millones, Tenderete…
Fue precisamente en el marco de
este legendario programa de Televisión Española en Canarias donde tuvo lugar,
en 1984, su última actuación antes del homenaje definitivo que la ciudad que lo
vio nacer, por medio de su Ayuntamiento, le hizo al grupo en noviembre de 1997
con motivo del 25º aniversario de su fundación. En esa ocasión se volvió a
abrir el Cine Apolo, con sus 1.100 localidades, para oír por última vez a Los
Chincanayros, unos 40 ese día, de los casi 100 que pasaron por el grupo, con el
acompañamiento desinteresado y de gala de Los Sabandeños y de Los Gofiones, los
grupos que le sirvieron de inspiración en su nacimiento, pero también de los
que se distinguieron por sus arreglos de cuerdas y por sus temas, los primeros,
en aquellos años de final de la Dictadura y comienzos de la Transición, en que
se tocaban aspectos sociales no tratados hasta entonces por otras formaciones
de la época.
Los Chincanayros, grupo de pueblo, fueron una verdadera
escuela de folclore musical canario en el Noroeste de Tenerife cuando aún no
habían aparecido estas instituciones y ya empezaban a dejar de existir las
tradicionales rondallas. A pesar de no tener las mismas posibilidades de
elección de músicos con que sí contaban los dos grandes grupos metropolitanos
ya citados, durante los trece años en que se mantuvo en pie, la agrupación
icodense desarrolló su labor con la máxima dignidad y una personalidad propia,
lo que le ha valido ser recordada como una de las pioneras del nuevo folclore
canario que empezó a gestarse en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado,
organizadora de los Festivales Chincanayros, en cuyo marco se pudieron ver, en la Ciudad del Drago, las actuaciones de los principales grupos de música popular
canaria de entonces, y las de Mercedes Sosa, Soledad Bravo, Horacio Guaraní, José Antonio Labordeta, Perú Negro, entre otras destacadas.
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