jueves, 4 de septiembre de 2014

¿Evolución o modificación del folklore tradicional de nuestras islas?

El artículo que hoy presento, antes de exponerlo quiero decir que es una opinión personal y sobre todo mi manera de ver las cosas, ya que todo se ve dependiendo desde el punto de vista donde se mire. Sería una utopía decir y afirmar que todos debemos pensar y actuar de igual manera e incluso que somos poseedores de la verdad absoluta de los diferentes temas que se puedan tratar u opinar, pero antes de terminar esta pequeña aclaración debo decir que mi manera de ver el folklore es como la expresión espontánea del pueblo y estoy ceñido al patrón más tradicional de las manifestaciones que se representan en nuestras islas. 

Sería de mal gusto por mi parte, no saber valorar y respetar  los buenos trabajos de los grupos que tienen su línea muy lejos del folklore tradicional y que son mucho más innovadores en los escenarios. También quiero decir que todo público que va a presenciar un acto merece el máximo respeto por parte del grupo que va actuar, pero eso no es motivo para que cada grupo ofrezca su trabajo del modo que ellos lo vean, ya que no hay nada escrito ni documentado de cuál sería la forma más correcta de representar nuestro folklore, pero no se puede ni mentir, ni vender gato por liebre  al público que va a ver folklore tradicional de nuestras islas.

Este verano, que ya lleva más de su ecuador andado,  he tenido la suerte y el privilegio de estar en todas las Islas Canarias menos en  Fuerteventura, por diferentes motivos pero todos relacionados con el mundo del folklore. He acudido a numerosos festivales de folklore donde he presenciado la puesta en escena exquisita de los grupos que he visto, pero también he comprobado cosas que bajo mi punto de vista y en una opinión muy personal, están lejos de la realidad que versean sus comunicadores en las presentaciones de los temas musicales y ya, si hablamos de los bailes, podríamos estar  hablando de auténticas atrocidades de las danzas originales. Quiero aclarar que no hablo de los estilos que cada grupo pueda o no emplear a la hora de bailar o cantar, hablo de las modificaciones más que notables aportadas por  los directores de turno que se empeñan en dejar su sello personal en  todo lo que se interpreta en los diferentes escenarios de Canarias.
Cabe recalcar que el folklore para que sea folklore debe reunir una serie de requisitos y que no lo dice Moisés Rodríguez ni Pepito Pérez.  Una de las acciones que se deben dar para que sea folklore tradicional es que no tenga autoria y otra es que se haya transmitido de forma oral entre muchas otras.

Es de ilusos pensar que las cosas no evolucionan  con el paso del tiempo e incluso sería de atrevidos y poco conscientes tratar de parar esa evolución del folklore de forma natural.  Afortunadamente, hoy en día tenemos otros medios que facilitan el poder dar un mejor sonido, mejores escenarios, mejores instrumentos y mejores complementos para ofrecer un espectáculo de calidad.

En la actualidad, es más que usual ver grupos de cualquier isla interpretando folklore de otras islas en la que por falta conocimiento en alguno de eso grupos, al menos eso quiero pensar yo, se  pueden observar claras modificaciones de los bailes documentados. Este hecho se debe quizás por no ir a tocar en la puerta correcta y digo tocar en la puerta correcta por que hay muchos colectivos en el archipiélago que han investigado sobre el repertorio tradicional, ya que han tenido la oportunidad de poder acceder a la fuente de información.  En las islas hay muchos de estos colectivos, es muy difícil enuméralos a todos, pero  sus grandes trabajos avalan su buen hacer de rescate y difusión de los temas de nuestro folklore tradicional.

Hoy por suerte, tenemos muchos medios para poder acceder a las informaciones de los toques, cantos y bailes de nuestras islas. Por suerte, para la conservación de nuestro folklore tradicional, muchos son los grupos que acuden a la fuente de información directa para poder representar ciertos temas; pero no es menos cierto que, muchos colectivos en estos últimos tiempos recurren a la bendita herramienta de Youtube y digo bendita porque es un  medio sensacional para poder dar ha conocer el  sacrificado trabajo de los grupos, pero también digo y afirmo que de ahí no se pueden ni sacar danzas ni muchas  más cosas que se sacan de esos vídeos que circulan en ese conocido medio.

Son innumerables los videos que poseen información errónea sobre todo por lo que relataba anteriormente en relación a la aportación  personal de los directores de turno, que se empeñan es remodelar lo que lleva siglos siendo rasgo diferenciador de nuestro pueblo y señas de identidad.

Los grupos generalmente tienen un orador o trasmisor de la información en los escenarios que muchas veces da detalles al público de lo que va a presenciar posteriormente, ya que se desconoce mucha información cuando este  va a presenciar folklore tradicional. La persona que habla no puede ser cualquier persona, debe ser un buen conocedor de lo que expone, porque cuando uno se pone delante de un micrófono para informar al público no puede dar informaciones erróneas o decir lo que uno cree en ese momento, creo que es preferible bajo mi punto de vista no dar ninguna explicación, antes que mal informar a los asistentes.


Algunas de las preguntas que me hago en muchas ocasiones y ahora formulo en alto son las siguientes:  ¿ Si el folklore ya está inventado porque se empeñan en modificarlo?. ¿Enriquece el folklore estas modificaciones tanto de danzas como de cantos documentados?.
Son múltiples las respuestas que circulan en mi mente, pero seguro que cada persona tendría una respuesta  diferente a estas preguntas.

Las modas van a la par con las épocas que se viven, la originalidad y las nuevas e inéditas aportaciones brillan por su ausencia; y muchos son los que aportan modificaciones, fusiones, e incluso luchan entre ellos por quien  poseen la verdad absoluta sobre temas relacionados con el folklore. 
Facebook se ha convertido en la acequia donde lavar los trapos sucios e incluso llegar a faltar el respeto por los modales empleados para ello  entre los estudiosos de nuestro folklore, es denigrante comprobar este tipo de rivalidades por tener la  razón y verdad absoluta de las cosas. Creo que en vez de sumar, este tipo de enfrentamientos con o sin razón lo que consiguen es restar. Considero, que en el  mundo del folklore resulta más enriquecedor  sumar y cada vez más, no de lo  contrario; y como me dijo un amigo un día, podrás tener mucha razón pero las formas te hacen perderla.

La sección femenina parece que vuelve a los escenarios y ustedes pensarán Moisés desvaría, pues queridos lectores siento decirles que no es así, es más, hay pruebas de fusiones de géneros del folklore tradicional  de islas como Fuerteventura y Lanzarote y en el caso del folklore de  Gran Canaria,  aportaciones de coreografías a temas tradicionales que no poseen danzas documentadas como puede ser los Aires de Lima de Artenara. Y no digo que esto esté bien o mal aunque no lo comparta, pero si digo que uno cuando pone en funcionamiento estas notables modificaciones del folklore debe decirlo y no apuntarse el tanto del creador de esa fusión y mucho menos alardear en algunos de los casos de esas aportaciones como un hecho brillante, ya que eso bajo mi punto de vista no creo que sea enriquecer nuestro ya inventado y tradicional folklore.

Digo y afirmo que las nuevas aportaciones inéditas de cualquier miembro de la familia de nuestro folklore puede ser más que enriquecedora, pero también es cierto, que es más fácil destrozar lo que ya existe, y digo destrozar porque ¿quiénes somos nosotros para cambiar la fisonomía de una canción tanto en el canto, toque y baile?.

En este tiempo, donde el folklore está cada vez más en manos de algunas personas que muchas veces no saben o no quieren valorar el rico legado cultural que nos han dejado nuestros antepasados y que, cierto es, hoy en día no se interpretan tal cual ellos nos lo legaron, pero creo que debemos luchar por mantener lo que actualmente tenemos más que documentado y que muchas personas han dedicado su tiempo de forma altruista y desinteresada a documentarnos nuestros cantos y bailes. Animo también a quien lo desee aporte cosas nuevas a nuestro folklore pero que no modifique lo que tenemos.

Otra de las cosas que me sorprende y me dejan atónito en estos últimos tiempos es, como algunos alardean de rescate de géneros folklóricos en los escenarios fuera de su ámbito de residencia, cómo pueden tener estos colectivos la desfachatez de decir que son los rescatadores de esto o de lo otro sin serlo. Suerte que muchos saben la historia de los rescates de las piezas y lo único que hacen con este tipo de acciones es perder más credibilidad aún si cabe ante la gente que sabe el origen, rescate, etc. de cualquier canción de nuestro archipiélago; y con esto no quiero decir que cada uno sea libre de interpretar cualquier tema, ya que como afirmé anteriormente, el folklore no pertenece a nadie en particular.

Quizás este documento cause revuelo entre muchos de quienes lo lean, puesto que tenemos formas diferentes de ver las cosas.
Desde aquí les digo, que no se lo tomen como algo personal sino como una crítica constructiva, algo para reflexionar  y simplemente tener  presente a la hora de subirse a un escenario y presentar novedades ante una parte del público que puede desconocer lo que está viendo, pero ante otra que tiene nociones de lo que está percibiendo.


Tenemos el deber de conservar el pasado para afianzar el futuro, ya que como bien dice esa frase popular y real “un pueblo sin pasado es un pueblo sin historia”.


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