La palabra estilo estará muy presente en este artículo, por
ello voy a recurrir a la R.A.E., donde aparecen múltiples connotaciones, me voy
a quedar con la que más encaja con la temática que voy a tratar, hago
referencia a esta:
"Carácter propio que da a sus obras un artista plástico o un músico".
En la
historia de nuestro folclore, a lo largo del tiempo, han destacado un gran
ramillete de cantadores y cantadoras, los cuales han tenido muchas cualidades
para defender con sus voces los cantos del pueblo canario. Si repasamos quien o
quienes han sido los grandes cantadores de la historia,
posiblemente podemos pensar en muchos, en los que
podemos coincidir, querido lector, o no, pero creo que en esos cantadores hay un común
denominador, que no es otro que tener estilo propio o de su zona de influencia.
Los estilos
son la credencial que caracteriza a cada cantador o
cantadora, dicho de otra forma, podemos decir que es su sello de identidad o
rasgo diferenciador que lo caracteriza a la hora de cantar.
Antes de
seguir, creo de suma importancia aclarar que no es lo mismo cantar solo, que
ser un solista. Cantar solo podemos hacerlo todos, por el contrario, ser
solista no está al alcance de todos y todas, solo los que posean unas
destacadas cualidades, donde el estilo ocupa gran parte del total, posiblemente
sea un gran cantador.
Cabe
resaltar que, aunque los estilos son muy importantes,
no hay un estereotipo en referencia a cómo se debe
cantar o no, ya que, es a gusto de cada cantador o cantadora el estilo que
quiera darle. Por el contrario, es cierto que, en las zonas geográficas de
influencias del cantador en cuestión, hay estilos más comunes entre ellos,
donde se pone de manifiesto las formas y maneras que vienen desarrollando desde
hace décadas, pero
vuelvo y repito, no hay un estilo más valido que otro.
Hace casi
una década, el destacado y versado folclorista José Sánchez Bolaños, en unas
jornadas de la F.A.F.G.C. celebradas en Arucas, afirmó que el estilo de Gran
Canaria, sobre todo en las Isas, se estaba perdiendo, debido a la globalización
que el folclore había sufrido, confundiendo muchas personas lo que es de Gran
Canaria con lo de Tenerife. Esta afirmación más que acertada, me atrevo a
extrapolarla a los demás géneros como: Malagueñas, Seguidillas, Folías, etc.
Los
cantadores y cantadoras de nuestras islas, sobre todo los más jóvenes, han
estandarizado el estilo, a lo que me atrevo a definir como el folclore urbano,
un movimiento este carente de identidad y, digo carente de identidad, porque en
su mayoría todos cantan igual, con un patrón muy similar, lleno de florituras,
giros, alargamientos, vibratos, ensambles y adornos vocales, que les da a las
interpretaciones una belleza, eso sí, depende para quien esté escuchando, porque en ocasiones no se sabe que están cantado.
Uno de los
momentos críticos y de más confusión llega cuando uno de estos cantadores urbanos ingresa en un grupo
que tiene un estilo propio, donde el cantador debe respetar la forma de cantar
del colectivo en sí, esto dificulta la adaptación del cantador o cantadora al
grupo, no porque este cante mal, sino porque
al tener una forma y modo de cantar tan
globalizados, se hace una labor ardua y compleja que se adapte al grupo.
En
ocasiones, resulta complejo, hacerle entender al que canta, que debe modificar
su estilo para que se adapte a la idiosincrasia del colectivo, esta tarea pasa
por mucha dedicación y paciencia, llegando incluso a tardar años en defender
con solvencia y maestría el estilo del grupo.
Quizás, para salvaguardar el estilo de Gran Canaria, primero, deberíamos desde los grupos de la isla, potenciar la presencia del mismo en nuestras actuaciones. Recurrir a grabaciones de grupos antiguos, donde aún la globalización no había modificado la esencia y cadencia de los géneros del folclore tradicional de la música de nuestra isla, donde los solistas actuales tengan un ejemplo de como se cantaba el mencionado y añorado estilo grancanario.
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